Thursday, May 18, 2017

APACIENTA MIS CORDEROS (parte 3)

Mari produjo el siguiente disco de Honda & Piedra. Titulado En Tu Habitación, iba a ser un álbum más íntimo y contemplativo que los anteriores, por lo que me pareció adecuado que fuese ella quien lo produjese. No que Mari sea "suave" en su musicalidad. Al contrario, de hecho; es muy intensa y potente. Pero es profunda y está consciente de su fuerza espiritual.

En cuanto a edad, Mari era la menor de los integrantes originales de Honda & Piedra, pero era mayor que la nueva camada de jóvenes. Ya había superado las pruebas que los chicos apenas comenzaban a enfrentar. De los desaciertos sufridos en el camino, había hecho leña para alimentar el fuego de su pasión por Jesucristo. Podía ser pequeña en estatura, pero nadie dudaba de su fuerza.

Para En Tu Habitación imaginé una portada que mostraba a una novia, recién casada y vestida de blanco, esperando a su esposo en la cámara nupcial, mirando con añoranza por la ventana. Logré convencer a Ana Raquel de que se tomara unas fotos en el vestido de boda de su mamá. No sé quién sirvió de fotógrafo, pero las fotos salieron opacas. Aun así, se nota que el vestido era varias tallas muy grande, por lo que Ana Raquel terminó más pareciendo novia de pueblo abandonada en el altar. Tristemente, la baja calidad de las fotos las constituyó inadecuadas, y me vi obligado a crear la portada con otras técnicas. Pero conservo las fotos de Ana Raquel como recuerdo de la camaradería que forjábamos. (Y porque uno nunca sabe cuándo necesitará jugarle una broma a una hermana.)

Ana Raquel vivía con sus padres, sus abuelos, sus dos hermanos menores, y su primo. Además de trabajar en sus empleos, sus padres montaron dos negocios en casa; un salón de belleza y una pulpería. Se volvió muy frecuente que Ana Raquel me buscara para excusarse del ensayo porque su papá le asignó cuidar a sus hermanitos, a su abuela, o uno de los negocios. ¿Qué puede hacerse en ese caso? Personalmente, no creo que la autoridad de un pastor sobre sus ovejas sea mayor que la de los padres sobre sus hijos. Después de todo, honrar a nuestro padres es uno de los diez mandamientos. Así que nunca se lo hice más difícil. Aun cuando Ana Raquel preferiría quedarse y participar de las actividades del ministerio de alabanza, si entraba en conflicto con las órdenes de su padre, yo la enviaba a casa.

Después busqué la manera de hacerle consciencia a los padres de los chicos de la alabanza. Si no se comprometían a apoyar a sus hijos con permisos, transporte, y demás, los chicos no podrían servir al Señor como se debe, ni alcanzarían el potencial de su llamado. Este era otro tamiz, y la respuesta fue mayormente positiva.

A veces sucede que los padres dan hasta más apoyo del que se espera. Una vez, un padre llegó a mi oficina con su hija. "Pastor", me dijo, "se la vengo a entregar como hizo Ana cuando dejó a su hijo Samuel con el sacerdote Elí, para que la forme en el ministerio". La chica tenía aptitud musical, pero sus dones espirituales eran en sí excepcionales. Al final no funcionó, pues ella tenía otras prioridades. Pero la intención del padre me pareció verdaderamente admirable. Menos mal que la "entrega" era más simbólica que literal, y la pude "devolver".

Hablando de dones excepcionales, había otra chica - Daritza de Jesús Fuentes - con dones diferentes. Tenía una sensibilidad espiritual muy particular que se manifestaba principalmente en sueños proféticos. Pero además poseía el discernimiento para distinguir entre los sueños inspirados por Dios y los demás. También parecía tener una buena dosis de sabiduría divina en cuanto a la interpretación de esos sueños, fundamentada en una saludable base bíblica.

Daritza no brillaba por sus dotes artísticos. Cantaba tan bien como cualquiera, pero no sobresalía. Evitaba estar en la primera fila del coro, prefiriendo pasar desapercibida siempre que fuera posible. No era la candidata clásica para el ministerio de alabanza. Pero tampoco teníamos un equipo de intercesión profética donde entrenarla.

Daritza era mayor que los otros chicos, y más madura. Su tía la había importado del pueblo, para que tuviera la oportunidad de estudiar en la universidad mientras le ayudaba con diversas labores domésticas. Incluyendo la crianza de unos chiquillos - inventores precoces con verbo de sobra.

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