Esta es simplemente UNA PARTE de las maravillas que nuestro Dios ha hecho entre nosotros. Sencillamente elegí aquellas que sirven para trazar la trayectoria general que nos condujo hasta el levantamiento de los 298 altares simultáneos de Adoremos en Honduras 2016. Durante la recta final de esa jornada, el Espíritu Santo me habló de tres cosas importantes.
Número UNO: Que la prioridad es oír y obedecer la voz de Dios. La prioridad no es levantar altares en sí, sino hacer lo que Dios quiera. Si Él pide altares, entonces levantaremos altares; pero si no pide altares, entonces no.
Es tentador, después de haber cerrado con éxito un proyecto tan grande, querer otra ronda. Más grande. Con más gente. Más territorio. Pero si no es lo que Dios pide, ¿de qué sirve?
El Señor le dijo a los israelitas a través del profeta Jeremías: "El día en que los saqué de la tierra de Egipto, no hablé con sus padres ni les mandé acerca de holocaustos y sacrificios. Más bien, les mandé esto diciendo: 'Escuchen mi voz; y yo seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo. Anden en todo camino que les he mandado, para que les vaya bien'". (Jeremías 7:22-23) Es decir que hay instrucciones específicas para un tiempo y lugar particular, pero hay instrucciones más amplias que las envuelven. Dios nos habló de levantar estos altares. Pero esas instrucciones están sometidas a una instrucción superior de escuchar y obedecer Su voz.
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Adoremos sigue existiendo para enseñarle a Honduras a adorar al Señor Jesucristo. Pero algunas cosas han cambiado. Los chicos que me acompañaron en este recorrido, ya no son chicos. Aldo tiene hijos grandes ya. Mari está casada y tienen un varoncito. Martín y Emily han acumulado licenciaturas y maestrías que ponen al servicio de sus empresas familiares. Ana Raquel se graduó de maestra y hoy está en su segundo año laborando en China. Wendy y Angie se acaban de graduar de la universidad. Nelson se graduará pronto, y Faddy aspira a trasladarse a otra ciudad para terminar sus estudios superiores.
Mientras tanto, Adoremos ha presentado una ambiciosa trilogía musical: Padre (diciembre, 2016), Hijo (junio, 2017), y Espíritu (diciembre, 2017). Con tintes de géneros clásico, rock, y electrónico, respectivamente, cada CD contiene 21 canciones inéditas compuestas por el equipo, en casa o en los diversos talleres que impartimos. Logramos involucrar a más personas del equipo en los procesos de producción, de manera que para Espíritu teníamos cuatro productores - Aldo, Martín, Nelson, y yo. Además, introdujimos al proceso artístico a una nueva generación de jóvenes: Joshua Reyes, Alexandra Alfaro, Carlos Ruíz, y Mía Musa. De fuera de MUNA, Cesia de Jones colaboró con nosotros grabando un solo espectacular para la escena de la pasión de Cristo en el proyecto Hijo.
Escénicamente, los tres proyectos fueron plasmados como obras secuenciales. Angie fue mi apoyo invaluable en el proceso de escribir los guiones, y se hizo cargo de la dirección de las obras, las cuales fueron puestas en escena con la Escuela de Artes Adoremos y muchos voluntarios de IPV. Emily se hizo cargo de obtener patrocinios, y esto nos permitió mantener accesibles nuestros precios. Y Mari tomó las responsabilidades administrativas de la Escuela de Artes Adoremos para el segundo período del 2017, lo cual redundó en incalculables beneficios.
Siempre ha sido nuestro deseo bendecir a la mayor cantidad de gente posible a través de nuestra música. Una manera de hacerlo es invitando adoradores de otros ministerios a participar en nuestros proyectos. Técnicamente hablando, esto fue posible gracias a los videos tutoriales para armonías de voces grabados por nuestros cantores y editados por Faddy, los videos tutoriales de danza creados por Francis y Silvia, y las partituras generadas por Aldo. Así logramos colaborar con amigos que hemos conocido en el camino. Verdaderos adoradores como Fernando Girón, que nos acompañó en el contrabajo para Padre. Como Carlos Martínez que se nos unió para Hijo junto a otros talentosos músicos de cuerdas que conocimos cuando formamos la orquesta para el evento con el Dr. Morris Cerullo.
Pero adorar con otros no se trata sólo de lo técnico. Para empezar, la adoración es primeramente una actividad espiritual. Luego, hablando de adoración corporativa, es un asunto social. Abordamos esto de maneras distintas. Por ejemplo, para Hijo preparé un manual de estudio cronológico del Evangelio de Jesucristo, y toda IPV lo estudió en lecturas diarias y discipulados semanales. El discipulado de jóvenes particularmente, cumplía triple función: enseñanza, sesión de casting y ensayo preliminar. Cuando llegó la hora de montar la obra, todos tenían una idea clara de los sucesos de la vida de Jesús.
Pero también sentí la necesidad de reunir a los involucrados en estas obras, en el fin de semana de la presentación. No sólo para ensayos y pruebas de sonido, sino para conocernos mejor y ser ministrados por el Señor. Wendy se encargó de concretar estos retiros, y aún logró involucrar participantes de otros ministerios y ciudades.
Espíritu fue concebido como un proyecto de tecnología muy avanzada, sobre todo en la producción audiovisual. Francis se lució con animaciones que representan el mover del Espíritu Santo en nuestras vidas.
Para crear con plataformas más sofisticadas aún, formé un equipo especial de jóvenes - Omar Núñez Jr., Moisés Fonseca, Josías Paredes, y Oscar Jiménez - bajo la supervisión de algunos adultos que actuábamos como si supiéramos lo que los chicos estaban desarrollando. Este equipo tenía dos retos; uno realista y otro descabellado. El realista - un video animado para la primer canción del CD - lo lograron, aunque a duras penas debido a una empinada curva de aprendizaje y las limitantes de nuestras computadoras. Cumplir el segundo reto - un videojuego para celulares basado en la historia y música de Espíritu - no fue posible. Todavía.
Para mí, estos proyectos son cruciales para el Cuerpo de Cristo. No sólo porque estimulan la creatividad artística, o porque desarrollan las destrezas de nuestros jóvenes, o porque nos llevan a formar mejores equipos al mantenernos centrados en un fin asequible común. Sino también porque son una voz profética para el espíritu de la nación. Además, llevan el mensaje del Señor a personas que de otra manera no entrarían en contacto con él. La Iglesia nunca debe dejar de cantar y celebrar las maravillas de Dios. Y nunca debe dejar de procurar comunicarle al mundo esas maravillas, de la mejor manera que pueda.
Con la trilogía Padre-Hijo-Espíritu concluimos los proyectos discográficos que habíamos planificado desde el 2014. Hay una plataforma lista para lo que sigue, pero estamos esperando la voz de Dios. Sólo sabemos que algo nuevo nos aguarda.
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