Wednesday, October 25, 2017

Adoremos en Honduras (parte 2)

Adoremos en Honduras 2014
28/11/14

Sabía que era un momento para enviar a otros. Esta vez yo me quedaría en La Lima, adorando al Señor desde IPV con todos los que no fueran de misión. Y como enviaba a las cabeceras a todos los chicos de Adoremos y a los demás adultos y jóvenes que cantaban o tocaban instrumentos, mi equipo de alabanza en casa sería una edición especial. Se llamaron a sí mismos Piedritas Vivas, y eran todos los niños cantores y músicos que quedaban en casa.

Mientras los niños y yo dirigíamos a la iglesia en adoración, Abbie y Ana Rebeca le harían de presentadoras para la grabación que haríamos. En la cabina de controles, Quique recibiría videos cortos de cada cabecera. El documental final alternaría entre la alabanza en IPV, los comentarios de Abbie y Ana Rebeca, y los videos de las cabeceras.

PUERTO LEMPIRA, GRACIAS A DIOS
Aldo Zelaya y Álix Fonseca fueron los primeros en salir. Viajaron por tierra hasta La Ceiba y luego por aire hasta Puerto Lempira, donde los recibió el Pastor Juan Carlos Galindo. Como los vuelos entre La Ceiba y Puerto Lempira no son diarios, habían salido días antes del evento. La mayoría de los misioneros no había ni salido, pero Aldo ya estaba enviando fotos de la vista marítima desde su hamaca. Y reportando la calidad suprema de los camarones.

TRUJILLO, COLÓN
Angie Ramírez llevaba tremendo equipo con Xenia de Musa y su hija Mía, Alejandro y Yanira Amaya y su hija Yaritza, y Rosa de Nuila. Habían optado por irse en bus desde La Lima hasta Trujillo. Pero se desató una tormenta en el Caribe. Las lluvias torrenciales ocasionaron deslizamientos que obstruyeron completamente el paso por carretera. La única opción era bajarse y caminar dos horas - sobre lodo, bajo la lluvia, y cargando maletas - con la esperanza de encontrar transporte a Trujillo del otro lado.

Gente menos valerosa se habría regresado a casa. Pero éstos siguieron. Se bajaron y caminaron. Y caminaron. Contra el cansancio y a pesar del catarro, caminaron. Hasta que encontraron un carro que los llevó a Trujillo. El Pastor Bruno Leoni los recibió con asombro.
     - Me han convencido ustedes. Yo creí que no iban a venir.
     - No, pastor. Le dijimos que íbamos a venir, y aquí estamos.

ROATÁN, ISLAS DE LA BAHÍA
Ana Raquel Henríquez e Iris López volaron la ruta La Lima - La Ceiba - Roatán. Como es una ruta más comercial, hay más vuelos durante la semana, así que salieron el mismo viernes. Pero para entonces la tormenta estaba en su mejor momento. Ana oró como nunca, y prevaleció. Se abrió camino en el cielo, y aterrizaron en Roatán, donde los Pastores Arturo e Ivis Martínez las estaban esperando.

LA CEIBA, ATLÁNTIDA
Samir Anariba es oriundo de La Ceiba. Él, su esposa Cynthia, y sus hijos Issaac y David, habían ido antes del evento a afinar detalles con la Pastora Leidy de Castellanos y a definir asuntos musicales con los muchachos que habíamos conocido en La Ceiba en nuestros viajes anteriores: Pablo López, Jonatan Linares, y Mauricio Flores. También el Pastor Timoteo Norales se les uniría. Samir y sus hijos hasta habían dado entrevista de televisión como parte de los preparativos. El día del evento viajaron con Ruth Santos y su hijo Gerson, y Liza Welsh. Para entonces ya tenían todo listo.

SAN PEDRO SULA, CORTÉS
Los Pastores Remo y Rosy Bardales arengaron las tropas de IPV San Pedro Sula. Álex Leiva es un invaluable apoyo para ellos, y lidera el ministerio de alabanza de IPV SPS, Arco y Flecha. También a ellos el Señor los ha estado entrenando en la edificación de altares de adoración en puntos estratégicos de su ciudad. Para Adoremos en Honduras, se organizaron junto con otras iglesias hijas de MUNA y otros ministerios amigos.

SANTA BÁRBARA, SANTA BÁRBARA
Daritza Fuentes llevaba la guitarra, pero compartía labores con Ivonne Gonzales, Teresita de Fasquelle, y Jenny de Varela y su hijo Gustavo. El Pastor Saúl Medina era su anfitrión oficial, pero el hermano Herminio Castro era el enlace vital.

SANTA ROSA, COPÁN
Wendy y Nelson Fonseca fueron con sus padres Nelson y Glenda y su hermana Josseline. Los alojarían los Pastores Andrés y Fidelia Chávez; su hija Gabriela y sobrina Marjorie nos habían acompañado en Tegucigalpa.

GRACIAS, LEMPIRA
Leo García hizo un viaje previo con su madre Lidia, y sus compañeros Rudy y Alba Corea y su hija Francis. El hermano Willy Vásquez los recibió, y el Pastor Arturo Perdomo hizo arreglos para que ensayaran con los ministros de alabanza locales. Esto fue muy beneficiosos, sobre todo en vista de que no habíamos podido hacer entrenamiento en nuestro viaje previo a Gracias.

Lástima que una buena porción de la carretera a Gracias está tan deteriorada. El carro cayó en tantos hoyos que Leo ya no estaba cómodo con llevarlo el día del evento. Pero resolvieron alquilando otro carro.

OCOTEPEQUE, OCOTEPEQUE
José Popoff y su esposa Cindy la armaron con Mery de Díaz y sus hijas, Marcela y Vivian. Ocotepeque queda en el extremo occidental de Honduras. El viaje es largo y a veces tedioso. ¡Menos mal que todos los integrantes del equipo tienen un excelente sentido del humor! Allá los esperaba el Pastor Rafael Castellanos con toda su tropa, incluyendo a su hija Alejandra.

NACAOME, VALLE
Rafael y Mirna Flores, Yoly Cruz, Jorge Caballero, y Gina Melissa Flores, conformaban el equipo que fue a levantar el altar a Nacaome. Hicieron un viaje previo para establecer nuevos contactos y entrenar a los ministros locales. Mirna y Yoly tienen raíces en Langue, Valle, así que no tuvieron problema encontrando amigos distantes y parientes lejanos. También se les unió allá la Pastora Blanca de Bustamante, de IPV Amapala, Valle.

CHOLUTECA, CHOLUTECA
A Choluteca iba un súper-equipo: Ninfa de Martínez, César y Lorena Escoto y su hijo José David, y Gracia María de Zacapa. Ninfa era nuestra asistente en la oficina, y conocía al dedillo todo el teje y maneje de esta operación. César había sido un invaluable abridor de brechas en las cabeceras, visitando muchas ciudades antes que nosotros con la misión expresa de compartir la visión con los pastores y prepararnos el camino. Lorena servía en la tienda de MUNA, y José David en el departamento de Comunicaciones. Finalmente, Gracia María es de Choluteca y conoce allí a todo mundo y su primo.

Aunque Hilda Miranda y Andrés Aparicio nos habían acompañado en Tegucigalpa, nuestro equipo tendría que trabajar mucho en unificar a la iglesia local para el día del altar.

YUSCARÁN, EL PARAÍSO
Faddy Ramírez dice que no canta, pero todos sabemos que no es así. Pero para evitarle la tentación de querer sacudirse la responsabilidad melódica del altar, le asigné a Dorby de Paredes, Araminta Martínez, Valery Rivera, y Carlos Montoya - todos hermanos de buen testimonio, pero no precisamente ministros de alabanza. Allá contarían con el apoyo del Pastor Adonai Díaz y sus hijas, Marilyn y Vinella, Paola Aguilar, y Karla de Carrasco, esposa del alcalde de Yuscarán.

JUTICALPA, OLANCHO
Al armar los equipos, trataba siempre de equilibrar los dones de los integrantes. Procuraba que hubiese un cantor o músico, un intercesor, alguien que pudiera relacionarse bien con los pastores anfitriones, alguien que manejara la logística, y alguien que pudiera balancear las finanzas del equipo. El equipo de Silvia de Núñez, Abigail Fuentes, Geovannie y Karla Medina, y Gary Castillo no seguía ese modelo muy bien, pero igual funcionaba. Y aunque Geovannie no creía que en su trabajo le darían permiso de tomarse el fin de semana, el Señor lo hizo posible. En Juticalpa fueron recibidos por los Pastores José Carlos y Duvis Espinoza.

YORO, YORO
Las anfitrionas en Yoro fueron la Pastora Julissa de Paz, y las hermanas Vilma y Betty Castro. El equipo de IPV estaba conformado por Carlos y Maru de Meléndez, su hija Carolina, y la familia Hidalgo - Eduardo y Joanna, y sus niños, Grace y Jeremías.

Los Hidalgo venían de Jalpa de Méndez, Tabasco, México. Habían llegado a MUNA para ser entrenados por espacio de un año (pero que terminaron siendo tres). Siendo un ministro de alabanza completo, Eduardo había sido asignado como tecladista de Honda & Piedra, y así Aldo fue trasladado formalmente a Adoremos.

LA ESPERANZA, INTIBUCÁ
Javier y Reina Hernández iban con sus hijos, Vicky y Josué, y Arlette. Esta última tocaba violín y vendría a ser la primer maestra de violín de Escuela de Artes Adoremos. Arlette y Vicky viajaron en bus a La Esperanza antes que el resto, para preparar detalles con el Pastor Carlos Madrid y los músicos que apoyarían en el altar. Los demás viajarían a la ciudad más fría de Honduras el mismo día del evento.

COMAYAGUA, COMAYAGUA
Mirlen Ramos hizo equipo con Miguel y Vicky Sierra y sus hijos, Miguel y Jimena. Su contraparte en Comayagua - los Pastores Servando y Norma Alcerro y sus hijos, y los Pastores Pavel y Lourdes Martínez - prepararon a varias congregaciones, unidas para adorar juntas al Señor. Tuevieron problemas para conseguir el parque central, pero consiguieron otro parque, también importante.

TEGUCIGALPA, FRANCISCO MORAZÁN
El día en que nos reunimos con todos los delegados en el Hatillo, Hermana Emma me preguntó si quería que ella personalmente se hiciera cargo del altar de Tegucigalpa para Adoremos en Honduras. ¡Por supuesto que sí! Fue un honor inesperado.

Hermana Emma tuvo a bien hacer otra ronda de entrenamiento, involucrando a otras iglesias de Tegucigalpa. Le ofrecí a algunas de las personas más capaces con las que contaba: Mari en el canto, Manuel en la música, y Róger Castillo en sonido y logística.

Mari había tenido conflicto con el nuevo horario de ensayos de Honda & Piedra, y así había quedado libre para venir a ser parte oficial de Adoremos. Las funciones de Mari organizando a todos los cantores y músicos que participarían en el altar de Tegucigalpa probarían ser un valioso entrenamiento.

LA PAZ, LA PAZ
Martín y Emily Cruz iban con Janeth de Cardona, y Omar y Katia Cardona.  Aunque había contactos locales, nadie les apoyaba con el trámite del permiso porque el parque central. Adoremos en Honduras coincidiría con la feria patronal de La Paz, y el parque estaba reservado con dos meses de anticipación para un karaoke. La respuesta de la municipalidad era negativa, y la iglesia local estaba convencida de que eso no cambiaría.

A pesar de todo, nuestro equipo seguía trabajando. Oraban y buscaban opciones. Iban a La Paz; visitaban la municipalidad y oraban en el parque. La municipalidad les ofrecía un rincón de una plaza secundaria, pero Martín y Emily no querían desistir. Hasta consideraron alquilar un puesto de ventas en el bazar del festival que se instalaría en la plaza del parque central.

El día de Adoremos en Honduras, llegaron a La Paz con equipo de sonido, instrumentos y demás, listos para levantar su altar de adoración. Aunque no tenían un lugar donde hacerlo, seguían confiando en el Señor.

Quince minutos antes de que iniciaran los 18 altares simultáneos, la gente del karaoke no había llegado al parque. Martín hizo una última llamada a la representante municipal, pidiendo permiso para usar el kiosko para adorar al Señor. ¡Y esta vez se lo otorgaron!

En un instante estaban sobre el kiosko, listos para arrancar. Solos en medio del festival. Pero el Señor los volvió a sorprender. Los cristianos locales que no habían apoyado durante las gestiones llegaron de repente, genuinamente convencidos que Dios estaba en el asunto.

El viernes 28 de noviembre del año 2014, a las 7 de la noche, levantamos 18 altares de adoración simultáneos, en el parque central de cada cabecera departamental de Honduras. El nombre del Señor fue glorificado en nuestra nación, y fue maravilloso.

Friday, October 20, 2017

Adoremos en Honduras (parte 1)

Cuando Eliseo cayó enfermo de muerte, Joás, rey de Israel, fue a verlo. Echándose sobre él, lloró y exclamó:

―¡Padre mío, padre mío, carro y fuerza conductora de Israel!

Eliseo le dijo:

―Consigue un arco y varias flechas.

Joás así lo hizo. Luego Eliseo le dijo:

―Empuña el arco.

Cuando el rey empuñó el arco, Eliseo puso las manos sobre las del rey y le dijo:

―Abre la ventana que da hacia el oriente.

Joás la abrió, y Eliseo le ordenó:

―¡Dispara!

Así lo hizo. Entonces Eliseo declaró:

―¡Flecha victoriosa del Señor! ¡Flecha victoriosa contra Siria! ¡Tú vas a derrotar a los sirios en Afec hasta acabar con ellos! Así que toma las flechas —añadió.

El rey las tomó, y Eliseo le ordenó:

―¡Golpea el suelo!

Joás golpeó el suelo tres veces, y se detuvo. Ante eso, el hombre de Dios se enojó y le dijo:

―Debiste haber golpeado el suelo cinco o seis veces; entonces habrías derrotado a los sirios hasta acabar con ellos. Pero ahora los derrotarás solo tres veces.

2 Reyes 13:14-19

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Organizamos un retiro especial entre las dos noches de altar en el parque central de Tegucigalpa. Se llevó a cabo en el centro de retiros en El Hatillo donde la mitad de los participantes estaba hospedado. La finalidad era que nos conociéramos y que tuviéramos un buen tiempo en la presencia del Señor. Y algo más.

En la mañana, los participantes entraron por la mesa de inscripción para recibir su gafete, papelería, y boletos de comidas. Pasando al salón principal, encontraban su lugar preasignado en una de las dieciocho mesas. Cada mesa correspondía a un departamento de Honduras, y reunía a los respectivos delegados departamentales con algunos miembros de IPV y MUNA.

El Señor había pedido 2 ó 3 noches de altar en cada cabecera, y estábamos a punto de culminarlo esa misma noche. ¿Por qué no ir más allá? Les presenté con el reto de levantar 18 altares de adoración simultáneos. Para lograrlo, cada mesa contaba con la gente clave: los delegados departamentales para preparar los recursos locales, y los misioneros de IPV y MUNA como apoyo y enlace entre los departamentos y la administración central.

Durante la preparación, nuestros misioneros mantendrían comunicación constante con su contacto departamental. De ser necesario, irían a la cabecera a reforzar enseñanzas, a entrenar, o a fortalecer al equipo local. Para la fecha de los altares simultáneos, estarían con el equipo local en el parque central de la cabecera.

Todos los presentes aceptaron con gozo el reto de recibirnos una vez más en sus ciudades antes de terminar el año. ¡Menos mal, porque ya les llevábamos los afiches impresos!

Hasta ahora los chicos de Adoremos habían ido a las cabeceras a levantar altares de adoración conmigo. Siempre.

Cada misión fue una experiencia nueva y distinta. En cada viaje compartíamos nuevas aventuras en equipo y conocíamos a nuevos hermanos del Cuerpo de Cristo en toda la nación. ¡Y adorábamos al Señor juntos! Sin prejuicios. Comprobando que Dios envía bendición y vida eterna cuando los hermanos habitan juntos en armonía. Él, en su soberanía y creatividad, nos ha hecho diferentes pero nos ha ubicado en un sólo Cuerpo. En ese diseño hay gran sabiduría. Si todos somos parte del Cuerpo, todos podemos adorar a Dios. Cada uno lo adorará un poco diferente, y eso está bien. Pero además, Cristo habla a su Cuerpo a través de los miembros. Cada uno lo manifestará un poco diferente, y eso está bien. A lo largo de nuestra travesía, cada momento adorando había forjado un sentimiento memorable; un recuerdo de la dulce presencia del Padre y de la manera en que ministró nuestras vidas.

Pero había llegado el momento de que todos tomáramos una responsabilidad mayor. Esta vez no estaríamos viajando juntos.

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Era el viernes primero de Enero del 2010 cuando le pregunté a Jacobo si aún tocaba batería, y me respondió que sí. "Llegate hoy a las seis al templo", le dije. Así fue como comenzó a tocar batería en IPV y MUNA. Llegó a entender el efecto que la música puede tener sobre las personas y los ambientes. Pero también que adorar no es simplemente música, sino una vida completamente entregada al Señor en santidad, dispuesta a obedecer su voz. Que es un asunto del corazón; de la continua búsqueda de la presencia del Señor en íntima comunión. Jacobo llegaría a ser uno de los miembros de Adoremos que más cabeceras visitaría.

Por otro lado, Nelson siempre quiso aprender a tocar batería. Pero era más fácil conseguir una guitarra. Recibió unas pocas clases de guitarra, pero acabó aprendiendo más por su cuenta viendo videos tutoriales en YouTube. Pero su mayor prueba no era el aprender a tocar en sí, sino el estar frente a un público. Aun el hablar enfrente de poca gente lo ponía nervioso. Inició en el ministerio de alabanza cuando un viernes le dije que ese día tocaría la guitarra acústica en la reunión de IPV.

Nelson creció en estatura y en sabiduría, en técnica y en revelación. Como parte de Adoremos, viajó a la mayoría de las cabeceras. Su amistad con Jacobo llegó a ser parte anecdótica de las misiones. Preferían viajar juntos en el camión sin aire acondicionado que ir separados en las cabinas frescas de los carros. ¡Eran inseparables! Y siendo que ambos son tremendamente tímidos, todos nos preguntábamos: ¿De qué hablarán?

Desde niño, a Faddy le gustaba mucho la música. Le gustaba cantar y soñaba con ejecutar el piano magistralmente, por lo que estudiaba el infinito desfile de folletos instructivos que su papá le traía. En su primer año en Sunshine, interpretó un vendedor israelí en Talents For The Lord, aunque trató de pasar desapercibido. Un niño inseguro en el tercer grado, sus intereses eran melódicos, pero no espectaculares.

Una noche de viernes, en la reunión de IPV, el tiempo de alabanza estaba bueno; se percibía la presencia del Señor. Faddy se emocionó tanto que comenzó a tocar la silla de enfrente como si fuese una conga. Notando que tenía buen sentido de ritmo, lo mandé traer con un ujier. ¡Faddy estaba espantado! Con temor y temblor subió al escenario. "¡Tocá las congas!", le dije. Faddy comenzó a tocar nerviosamente, pero terminó disfrutándolo plenamente. No era parte del ministerio de alabanza, sólo era un niño que el pastor mandó a llamar para tocar las congas por una noche.

Un sábado por la tarde en el discipulado de niños les pedí que se quedaran un rato conmigo aquellos que tocaban algún instrumento. Ya reunidos, les pregunté qué instrumento tocaban. "¡Guitarra!", dijo uno. "¡Piano!", respondió otro. "¿Y tú, Faddy, qué puedes tocar?", pregunté. Faddy pausó por un momento, nerviosamente pesando la decisión de haberse quedado. "Flauta", dijo finalmente. (Se refería a la flauta dulce que enseñan en la escuela, y lo único que podía tocar era Estrellita, ¿dónde estás?.) "Jmm... Te veo más cara de batero", le dije. Y lo mandé a tomar lecciones de batería.

Y así comenzó. Pasó por ser baterista del grupo de niños, bajista de un cuarteto, corista de Honda & Piedra, ayudante de percusiones, y segundo teclado de Adoremos. Y con la inminente partida de Jacobo, Faddy era el mejor candidato para tomar el banquillo detrás de la batería. No era su pasión, pero había llegado a entender que la adoración es un estilo de vida; es una constante búsqueda por servir al Señor fielmente.

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Wednesday, October 11, 2017

18 ALTARES (parte 11)

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Amy y Katlyn tenían entrevistas periódicas con la oficina de Ballet Magnificat! Fue después de una de éstas que nos informaron que habían optado por no extender su estadía en Honduras por un segundo año. ¡Nos tomó por sorpresa! Cierto, hospedar misioneras extranjeras había resultado más complejo de lo que habíamos anticipado, pero creíamos que las habíamos tratado bastante bien. ¿Hicimos algo mal?

Lo cierto es que el Señor nunca me dijo que ellas estarían con nosotros para siempre; sólo que nos ayudarían a iniciar el departamento de danza de la Escuela de Artes. Viendo, pues, que sólo estarían con nosotros hasta mediados de año, comenzamos a preparar la clausura del semestre.

Doce canciones inéditas formaron el repertorio de Costas, el segundo disco de Adoremos. Incluía canciones escritas por Ana, Angie, Martín, Leo, Wendy, Manuel, Ian, Mari, y Aldo en La Lima, San Pedro Sula, La Ceiba, Santa Bárbara, Choluteca, Nacaome. Me satisface saber que varias de esas canciones habían sido desechadas por los chicos que las compusieron, pero los animé y presioné, tendiéndoles una mano en su difícil parto. Metiendo así mi cuchara, me gano un crédito como parte del equipo de composición (completamente sin valor monetario para cualquier fin práctico). Pero la satisfacción de haber ayudado a mis hermanos a sacar la canción que llevan dentro no tiene precio.

El concepto de Costas es que lograría concertar muchas de nuestras canciones con sabor internacional. Si nuestro primer disco era sobre la Revelación de Jesucristo, nuestro segundo sería sobre esa revelación llegando a todas las naciones de la tierra. Al igual que para Revelación, la presentación en vivo de Costas fue una revista musical - una hilera de números independientes sin un hilo narrativo. Hubo ballet, danza moderna, música en vivo, canto con pista, video... Un delicioso coctel de frutas.

Angie era quien se encargaba de mantener al día el cancionero de Adoremos. Toda nueva canción que escribíamos - en asamblea, en talleres, o en privado - Angie la agregaba a la base de datos. Un día me senté con ella para planificar los próximos discos que Adoremos produciría. Basados en una secuencia conceptual, programamos álbumes semestrales para tres años, con residuos para proyectos futuros. Plasmamos el resultado en una página web no-publicitada que usamos como una herramienta interna que hasta el día en que estoy escribiendo esto nos sigue sirviendo de brújula.

Después de Costas, le dijimos adiós a Amy y Katlyn, y comenzamos a visualizar el porvenir. En el mes de junio, la Escuela de Artes organizó el Campamento de Artes, con diferentes disciplinas enfocadas a desarrollar un proyecto general a lo largo del mes. Mientras tanto, preparábamos el nuevo sistema de trabajo de la Escuela. No tendremos misioneras de Ballet Magnificat!, pero el departamento de ballet no se detendría. Abbie logró contratar una maestra de ballet de una ciudad cercana para las clases avanzadas. Hansi Rodríguez y Vicky Hernández se alzaron al reto de instruir a nuestras niñas mejores.

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Tegucigalpa, Francisco Morazán
19-20/09/14
Parecía increíble, pero estábamos por terminar con el levantamiento de altares en el parque central de las 18 cabeceras de Honduras. Programamos un gran cierre en Tegucigalpa, capital de Honduras. Además de llevar gente de IPV y MUNA, queríamos llevar adoradores de cada cabecera. Extendimos invitaciones a aquellos con los que el Espíritu Santo nos había unido durante nuestro recorrido. Les ofrecimos que si llegaban a Tegucigalpa, nosotros les daríamos hospedaje y alimentación.

No teníamos ni un centavo para hacerlo, pero era lo que el Señor quería. Así que nos pusimos a trabajar en varios frentes.

Por un lado, oramos por un anfitrión, y el Señor nos dio al Pastor Yobany Lara de Ministerios Camino Nuevo. Conscientes de que las condiciones en Tegucigalpa son distintas a las de otras ciudades, segmentamos el entrenamiento en varias sesiones en fechas distintas.

Cuando fuimos a la primer sesión, Abbie visitó a la Profeta Nerea de Osorto de Ministerio Tsebaoth. Siendo que ella era una antigua compañera de milicia de Hermana Emma, era importante para nosotros que ella nos diera su bendición. Además, su hija Melissa está casada con Joel Hernández, hijo del Hermano Ángel. Naturalmente, la Profeta Nerea es una mujer ocupada, y a Abbie le tocó esperar pacientemente. Pero logró salir de Tsebaoth con la bendición.

Mientras tanto, los entrenamientos en Camino Nuevo fueron en sí una bendición. De esas sesiones salieron las siguientes canciones:

  • El Tabernáculo de Dios
  • Cielo: ¡Gloria! Tierra: ¡Paz!
  • Nombre Sobre Todo Nombre
  • Qué Bueno Eres
  • Cristo
  • Digno y Santo Es el Señor

Desde la oficina, las Hermanas Ninfa de Martínez y Xenia de Musa trabajaron arduamente organizando los paquetes de transporte y alojamiento para los misioneros. La mayoría de los delegados departamentales y el equipo organizador viajaríamos en carro particular y nos hospedaríamos en un centro de retiros en El Hatillo, que aunque es en la montaña, tiene fácil acceso al parque central. La mayoría de los miembros de IPV viajarían en un bus contratado y se hospedarían cerca de la entrada a Tegucigalpa (para salir sin dificultad el domingo por la madrugada y llegar a tiempo a la reunión de MUNA). Algunos delegados, incluyendo a los hermanos garífuna de Sangrelaya, viajarían primero a La Lima, y de ahí se unirían al campamento de IPV.

Una vez que me enteré que el responsable de firmar el permiso para el parque central de Tegucigalpa era uno viejo compañero mío de la universidad - el organizador de la peña artística de la Escuela de Arquitectura, ni más ni menos - pensé que sería pan comido. ¡Error! Por la razón que fuera, el permiso estuvo trabado por mucho tiempo.

Pero en eso llevé a mi familia a pasar un fin de semana a Tegucigalpa y nos hospedamos en un bead & breakfast en El Picacho. Antes de subir, paramos en el que había sido mi supermercado en mis días universitarios. Por divina providencia, me encontré ahí a Marlon Urtecho, amigo olanchano y compañero de proyecto final en la Escuela de Arquitectura. Éste fue el mismo que me brindó la ruta corta entre Yuscarán y Juticalpa, así que ya sabía de mis misiones. Ahora él también estaba en el camino de Cristo y estaba interesado en ayudarnos con nuestro cometido.

Resulta que Marlon vivía ahora en El Hatillo, y nos invitó para que ese domingo fuéramos a su iglesia y luego a almorzar a su casa. Ahí conocimos a su linda familia y a unos amigos suyos. El amigo trabajaba para el gobierno y también se interesó por nuestro proyecto. Basta decir que la semana siguiente el permiso para el parque estaba firmado.

En La Lima, todos nos preparábamos para las dos noches de altar en Tegucigalpa. Además de la adoración libre y espontánea, cada noche resaltaríamos nueve cabeceras. En la bóveda de lona sobre el escenario proyectaríamos un paisaje de la ciudad y su nombre, mientras los delegados de esa ciudad nos acompañaban en la plataforma para cantar la canción que compusimos juntos meses atrás.

¿Qué puedo decir? Como evento de unidad del Cuerpo de Cristo, ¡fue maravilloso! Sentía que estaba en aquella escena del segundo libro de Samuel, cuando los líderes de las tríbus de Israel subieron a Hebrón para hacer pacto con David y decirle: Tú serás el soberano de Israel. Aquí veníamos adoradores de las principales ciudades del país para hacer pacto con el Señor Jesucristo y decirle: Tú serás el soberano de Honduras.

Wednesday, October 4, 2017

18 ALTARES (parte 10)

La Paz, La Paz
21-22/02/14
Los preparativos para Adoremos en La Paz fueron más difíciles que otros eventos. Principalmente porque, con las limitaciones de transporte, hospedaje y permisos, tuve que dejar atrás a hermanos que desearía haber llevado a la misión. Cuando no se puede traer a todo mundo, hay que elegir; y nunca es fácil elegir entre una persona y otra. Como uno no quiere herir a nadie, se vuelve uno tremendamente consciente de cómo se sentirá la persona que se queda.

Cuando Jesús eligió a 12 como sus apóstoles, estaba efectivamente haciendo a un lado a todos los demás. Seguramente hubo alguien resentido porque no lo habían elegido. Alguien debe haberse sentido menospreciado. Pero no se trata de eso – de cómo me siento yo, cómo se sintieron los 12, o cómo se sintieron los que no fueron elegidos. Se trata del deseo del Padre. ¿Acaso menosprecia el Padre a alguno? ¡De ninguna manera! (Antes bien, él es el único que nos da nuestro verdadero valor.) Pero el Padre sí es intencional en lo que hace, y sus asignaciones están cargadas de propósito.

Aquellos 12 discípulos tenían la mezcla perfecta de virtudes y defectos necesaria para lograr el propósito divino. Tú eres mil veces más leal que Judas. Pero si Jesús te hubiese elegido a ti en vez de Judas, habrías echado a perder el plan de Dios para salvar a toda la humanidad. Porque, siendo fiel como eres, jamás habrías traicionado a Jesús.

Así que oré y pedí la dirección del Padre hasta que tuve claridad de quiénes debían ir. Y anunciárselo a los que se quedaban fue muy difícil.

Nuestros anfitriones en La Paz fueron la hermana Lupe y la Iglesia Cristiana Misionera Interdenominacional. Tiempo atrás, la hermana Lupe y su equipo de intercesores proféticos (mejor conocido como "los Pacheco") acompañaron a hermano Rigo y hermana Emma en múltiples asignaciones divinas. Cuando llegamos, hermana Lupe y los ancianos de la iglesia nos estaban esperando para orar por nosotros. Por absurdo que parezca, fue la primera vez que eso nos pasaba - que estuvieran esperándonos para orar. Debería ser lo más normal, ¿no? Que los hermanos oremos juntos. Que oremos los unos por los otros.

Esa noche nos reunimos a adorar al Señor en el parque. Al principio la gente estaba un poco dispersa, como esperando a ver de qué se trataba el asunto. Una vez que comenzamos a adorar, se acercaron lentamente. Entonces comenzamos a cantar un antiguo canto de Los Pacheco:
     Gloria, gloria
     No hay otra gloria igual
     No existe para mí
     Gloria, gloria
     La gloria de hacer Su voluntad
¡Con eso se emocionaron! Supongo que nunca pensaron que alguien más estaría alabando al Señor con sus canciones, veinticinco años más tarde.

Trajimos nuevas canciones de La Paz, aunque no necesariamente seguimos el esquema de talleres que normalmente implementamos. Fue durante un tiempo de adoración colectiva que surgió No Se Turbe, una palabra de aliento del Señor para los ministros locales basada en Habacuc 2. Y al son de un coro espontáneo, Reina Sobre Mí surgió como una danza profética de Ricardo Calderini, más que como una canción en sí. También Qué Bueno Es Eres Mi Todo se concibieron en La Paz. Pero todas estas canciones vinieron a La Lima como en una incubadora. Requirieron trabajo adicional en casa para tomar la forma de canciones completas.

Yuscarán, El Paraíso
14-16/04/14
El Espíritu Santo me mostró que, espiritualmente, Yuscarán es como Jezreel - una tierra fértil que Dios sembró, donde los hijos honran la herencia de sus padres pero que fue capturada por un malvado Acab, su esposa bruja, y el culto a los baales. Al igual que a Jezreel, Dios se ha propuesto rescatar a Yuscarán y restaurarla para Su gloria. ¿Pero cómo lo hará?

Para entenderlo a plenitud hay que estudiar los libros de los Reyes y Oseas. Allí encontramos que el rey Acab codició e intentó comprar la viña que un hombre llamado Nabot tenía en el valle de Jezreel. Como Nabot no quiso vender la heredad de sus padres, la reina Jezabel usó de artimañas políticas para hacerse de la viña y asesinar a Nabot en plena calle. El profeta Elías los denunció y anunció la muerte de la pareja real. Era tiempo de sequía cuando Elías restauró el altar a Jehová en el monte Carmelo, desenmascarando a los profetas del falso dios Baal en el proceso. Elías proclamó el fin de la sequía y trajo la lluvia. Posteriormente, Acab murió en batalla y Jezabel murió atropellada; y así como habían hecho a Nabot, también ellos se desangraron en la calle.

Yuscarán no tiene viñedos, pero sí la destilería que produce el "guaro" (aguardiente) más conocido de Honduras. El paisaje es semi-árido, a pesar de tener nacimientos de agua cristalina. (El agua es usada sin filtrar para, entre otras cosas, la elaboración del guaro.) Las vistas son espléndidas; capas y capas de vegas y montes cada vez más distantes. Las aves parecen volar al alcance de la mano, y uno diría que el cielo no está a más de diez metros.

El Señor nos llevó a Yuscarán a reparar el altar de adoración a Su nombre y a anunciar Su lluvia. Esa es nuestra porción, y es hermosa en gran manera. Desarrollamos los altares por la tarde en vez de la noche. Aparentemente, la iglesia católica tenía reservado el parque todas las noches de la semana. Pero el Señor hace que todas las cosas ayuden para bien. El hecho de que los altares fueran por la tarde permitió que nos acompañara la familia Bustillo - miembros de MUNA que para ese entonces vivían en Tegucigalpa. La cercanía entre las dos ciudades les permitió viajar a Yuscarán por la mañana y regresar a casa al caer la tarde.

El pastor Adonai Díaz prestó sus instalaciones para los talleres, donde escribimos tres canciones inspiradas en lo que el Señor me había mostrado: El Día de Jezreel (basada en Oseas 1), Te Derramarás (basada en Oseas 2), y Fue Tu Mano (basada en cuando Elías profetizó lluvia sobre Israel). Escribiendo El Día de Jezreel conmigo estaba Paola Aguilar, cuya familia era dueña del hotel donde nos hospedamos.

En nuestra última noche en Yuscarán, tuvimos el honor de cenar con el alcalde y su familia. Además del apoyo que nos habían brindado con permisos y contactos, nos sorprendieron cubriendo más de la mitad de nuestros gastos de hospedaje y alimentación.

El pastor Adonai nos invitó a su casa para tomar café con pan después de a cena. Yo tuve que declinar porque Abbie se había enfermado y debía quedarme a atenderla. Pero Quique y Ana Rebeca Contreras representaron al equipo y mantuvieron futuro contacto con la gente de Yuscarán.

Juticalpa, Olancho
18-19/04/14
Desde Yuscarán nos hicimos hacia Juticalpa, restando tiempo a nuestro camino gracias a la ruta alterna que me recomendó un amigo. Pero arribamos a una ciudad fantasma. El grueso de la población se había hecho a los balnearios para mitigar el calor de la temporada. Aún nuestro anfitrión, el pastor José Carlos Espinoza, tenía un retiro con los jóvenes de su iglesia y los de otra iglesia amiga. Nos encontró en la gasolinera y nos condujo hasta su iglesia. Y aunque no conocía a nadie en este extraño grupo de limeños, nos dejó las llaves de la iglesia para que entráramos y saliéramos como quisiéramos. Así nada más. (Claro que ayudaba el hecho de que conocía y admiraba mucho a hermana Emma.)

De todas las ciudades que visitamos con Adoremos, Juticalpa fue la más difícil. No fue por la poca asistencia a los talleres. (Todos los jóvenes de las iglesias anfitrionas andaban en el retiro. Pero desde antes de salir de casa ya sabíamos que eso sucedería.) Ni fue por la dieta de frijoles, mantequilla, huevo y tortillas; mañana, tarde, y noche. (Es la dieta básica de estas misiones, y ya estamos acostumbrados.) Tampoco fue porque el parque estuviese a media remodelación. (También eso lo sabíamos antes de salir de casa, y nos habíamos asegurado de que sí habría un lugar en el parque donde podríamos adorar al Señor.)

Era el sopor. La opresión. La oposición.

Cada ciudad tiene un espíritu, y Juticalpa no parecía muy feliz con nuestra llegada. No quería que interfiriéramos con sus procesiones de Semana Santa. No quería que le estropeáramos sus alfombras de aserrín. No quería que nos acercáramos al obelisco al centro del parque. No quería que oráramos con libertad o que levantáramos un altar frente al que ella ya tenía. No, Juticalpa no nos brindó su mejor bienvenida. Jesús dijo que habría ciudades así. A Él tampoco lo recibieron bien en todos lados. Bástale al siervo ser como su Señor.

El Espíritu Santo nos llevó a Juticalpa para enseñarnos algunas lecciones importantes. Entre ellas:

  • Cuando adores a Dios y el enemigo comience a hacer ruido, no le hagas caso. Sigue adorando.
  • Hay obras que Dios hace en el espíritu de una persona; hay obras que Dios hace en el espíritu de una ciudad.
  • Así como el homicidio oscurece el corazón del hombre, el derramamiento de sangre oscurece el espíritu de una ciudad.
  • La maldad no quedará sin castigo, pero Jesucristo recibió el castigo de aquellos que creemos en él. Seguimos predicando el Evangelio para que más personas crean y sean salvas.
  • Hay distintos tipos de religión, pero ninguna puede salvar.
  • En el reino de Dios, hay muchas cosas que haces por pura obediencia. El galardón será entregado en su debido tiempo.

Si hubiésemos andado buscando multitudes, Semana Santa habría sido la peor fecha para ir a Juticalpa. Pero la comisión no era ésa, sino levantar un altar de adoración en el parque. El seminario y los talleres son un valor agregado; un medio para compartir con el Cuerpo de Cristo lo que Dios nos ha dado. Al entrenamiento llegaron niños, madres solteras, y uno o dos hombres. A ellos les impartimos de lo que teníamos, y con ellos escribimos Subamos al MonteCorreremos a Ti, y Tú Guardarás.

En el parque había personas que no sabían nada de la convocatoria, pero que al ver una rueda de gente orando y cantando al Señor, se nos unieron. Todas las personas que nos atendieron en la ciudad mostraron la más dulce disposición de servicio. Y, sí, el queso y la mantequilla de Olancho son tan buenos como dicen.